viernes, 22 de agosto de 2014

CAPÍTULO 7

   Cada día, iba al hospital, hacía los deberes allí y me iba a casa a las 10:00 h. Todos me notaban rara y nadie se había enterado del terrible accidente de mi hermano. Edward fue el único que no me notó rara porque su madre dio a luz hace poco a las gemelas Victoire y Olivia, apodada Liv, y ahora tiene la cabeza en cualquier lado. El caso es que yo iba todos los días a ver a mi hermano y, a parte de que por eso estuviera deprimida, Katherine seguía acosándome.
   A parte de Katherine, a la otra clase había llegado nuevo un chico francés, el hermanastro de mi acosadora, llamado Alexandre. El padre de Katherine se casó con una mujer francesa, es decir, la madre de Alexandre. "Alex" se hizo amigo mío y me parecía buena persona. Un día, Leonor me dijo que me alejara de él, pero yo no la hice caso y, más tarde, me arrepentí, porque me hizo algo imperdonable:
   Me dijo que quedáramos fuera de clase en su chalet alpino. Fuimos al chalet. Me dijo que era para estudiar. Al acabar de estudiar, me dijo que si nos contábamos secretos. Acepté y, como confiaba en él, le conté mi secreto más íntimo y el más doloroso:
   -Yo, de pequeña, tenía una hermana gemela y estaba muy unida a ella. Se llamaba Daniella. Cuando ambas teníamos unos 4 o 5 años fuimos a la piscina. Allí un niño la empujó y se fue a lo hondo. Ella no sabía nadar y se ahogó.
   Acabé de contárselo y rompí a llorar. Él me consoló. Era un gran chico, al menos eso parecía. Le tocaba a él contar su secreto y me dijo lo siguiente:
   -Mis padres biológicos murieron cuando era pequeño y los que, actualmente, son mis padres me adoptaron.
   Llegó la hora de irme. Me despedí y me fui a mi casa. En mi casa, dejé mis cosas y me fui al hospital. Pasé allí la noche acompañando a Tommy.
   Me desperté, fui a casa y allí me vestí, desayuné, me lavé, etc. Al llegar al instituto, todo el mundo estaba hablando de algo. Cada vez que me veían, decían:
   <DANIELLA> <DANIELLA>
   Comprendí que Alexandre había contado mi secreto. Rompí a llorar y busqué a mi "Leo". Se lo conté a Leonor y ella me dijo que Alexandre le hizo lo mismo a ella.
   No pude contener las lágrimas y rompí a llorar de nuevo.
   En mi otro instituto había sido el centro de atención siempre. Me ridiculizaban, me acosaban y se reían de mí, pero ni Isaac, ni Phoebe, mis mejores amigos en mi otro instituto, habían contado mi secreto. Estaba triste y les conté a los chicos lo de "Alex" y lo de mi hermano. Me apoyaron y me consolaron. Edward llegó a decir:
   -Maldito Alexandre de las narices. Le voy a partir la cara.
   Pero le detuve. Cuando más triste estuve fue cuando pasó lo siguiente:

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